Siempre lo definen, y tal vez vivir no es tan complicado, es levantarme, sentir el agua de la regadera recorrerme el cuerpo, el frío de las siete de la mañana, la materia que odio tomar, la costumbre de ver a los amigos, la sorpresa de encontrarme con alguien en los pasillos, las historias de lo que pasó ayer, la risas mientras intentamos estudiar, el café demasiado caliente, el gusto y la tranquilidad de ver a mi mejor amiga, la emoción de abrazarlo, la capacidad de reconocer el aroma de las personas, la asquerosa comida de la cafetería y la deliciosa comida de mi mamá, el tráfico de Morelia, mis perros corriendo por toda la casa cuando llego, el olor a cigarro en la sala, el cansancio, la felicidad de saber que me quieren, la tristeza de no poder con algo, las cosas inesperadas, como cuando me pide que bailemos, como cuando al final de la obra nos tomamos las manos para dar las gracias a los aplausos, las canciones que canto, los libros que leo. Tal vez así de simple es la vida y sie